Macomoco, una tierna y viral familia de hámsteres
Desde Osaka, en Japón, esta familia de pequeños roedores suma más de 22.000 seguidores
El 24 de mayo de 2019 dos hámsteres sirios, también conocidos como dorados, comenzaron a formar parte de la vida de quien hoy se esconde detrás del perfil de Instagram Macomoco. Un año más tarde, sus peripecias les han hecho sumar más de 22.000 seguidores en esta red social. ¿Cuál es su secreto?
"Todos ellos tienen diferentes personalidades", ha contado su propietaria a Dakari Diario Animal desde Osaka, en Japón. "Uno es más travieso, otro es muy tranquilo y otro se asusta conmigo". Y es que ya no son solo dos hámsteres: la familia de Moco y Momo ha crecido en 2020. Y todos sus seguidores han sido testigos de ello.
Padres de familia
"Moco y Momo dieron a luz a otros 13 crías el pasado 6 de mayo, y ya he dado ocho de ellas en adopción", nos ha explicado orgullosa su propietaria, quien prefiere mantener oculta su identidad. Ahora tiene siete hámsteres que cuidar "con amor y responsabilidad".
Tiene trabajo por delante ya que estos pequeños roedores, como cualquier otro animal doméstico, requieren de cuidados y tiempo. Generar estas imágenes y vídeos tan llamativos para complacer a sus seguidores, también.
"Trabajo durante todo el día así que estoy con ellos entre 4 y 6 horas por las noches", nos ha comentado. Vídeos comiendo frutas o verduras, ataviados con accesorios como coronas o lacitos, o imágenes recorriendo la casa, acumulan ya miles de likes y comentarios.
Gracias a ellos, hemos podido ver crecer a las crías desde su nacimiento, hasta cuando abrieron sus ojos por primera vez. Hemos seguido su evolución y nos hemos despedido de aquellas que fueron adoptadas.
En Japón está de moda criar estos pequeños hamsters y mostrar su vida a través de Instagram, con perfiles que cuentan con aluviones de fans como este.
El hámster sirio se considera en peligro de extinción en estado salvaje. Sin embargo, es muy popular como mascota. Lo malo de estos pequeños es que tan solo viven entre dos y tres años, por lo que no se puede disfrutar mucho tiempo de ellos.
A pesar de eso, vidas como la de Moco y Momo son, a todas luces, tan intensas como felices. ¿No os parece?
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