La bilis del oso: el remedio chino contra el COVID-19

La bilis del oso: el remedio chino contra el COVID-19

La medicina asiática la recomienda para tratar los síntomas y eso ha disparado el maltrato

Redacción DDA | 8 abr 2020

 

El oso está en peligro en China. Unos 24 000 ejemplares han sido enjaulados o están siendo criados por su bilis, considerada por este país como un remedio para paliar, entre otros, los síntomas graves del nuevo coronavirus originado en Wuhan. Unos datos de la organización internacional World Animal Protection (WAP).

 

 

Oso enjaulado por extracción de su bilis



La Organización Mundial de la Salud, a día de hoy, afirma que no existe una cura para el COVID-19. Sin embargo, a pesar de eso, la medicina tradicional asiática recomienda la bilis del oso para tratar sus síntomas graves.



En el informe Cruel Cures (Remedios Crueles), la organización WAP ha expuesto la "crueldad de la cría del oso y el crecimiento inaceptable del comercio de bilis" de este animal a nivel mundial. La bilis se extrae de los ejemplares vivos que "sufren en el proceso una de las formas más extremas de maltrato animal".



Esta industria, que actualmente sigue siendo legal, tiene un valor de "más de mil millones de dólares" tan solo en China. Sin embargo, como es llevada a cabo por "grandes compañías farmacéuticas de renombre", su comercialización se ha extendido. Estados Unidos, Canadá o Japón también la consumen.



El elevado número de osos enjaulados que existe en la actualidad "debería hacer sonar las alarmas a raíz del brote de COVID-19, ya que el 60% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas y, de éstas, el 70% se cree que provienen de animales silvestres", ha explicado la WAP en un comunicado.



Es fundamental poner fin a esta situación también debido al riesgo que supone para la salud pública. Esta crianza favorece la aparición de zoonosis debido al "manejo de animales en estrecha cercanía y su mantenimiento en malas condiciones".



Según este informe, los osos son criados en cautiverio principalmente en China, Vietnam, Birmania, Laos y Corea del Sur. Permanecen "atrapados en pequeñas jaulas estériles" en las que sufren "vidas largas y miserables", además de procesos dolorosos para la extracción de este líquido.

 

 



Ordeñar la vesícula



Así se conoce el proceso para extraer la bilis de la vesícula. Al oso le perforan el abdomen y le introducen un catéter de latex hasta este órgano. Para mantener el agujero siempre abierto colocan un anillo de metal.



Otras veces utilizan un catéter de metal, que suele oxidarse y descomponerse dentro del cuerpo del propio animal. Además, un armazón metálico de 10kg le impide que se arranque la sonda que conecta con el recipiente de bilis.



Luchando por la prohibición



Recientemente, China ha prohibido el consumo y comercio de animales silvestres pero solo de forma temporal por el momento. La única ciudad importante que ha decidido vetarlo de forma permanente ha sido Shenzhen. Aunque esto no atañe a la medicina tradicional asiática, para la que se pueden seguir criando animales como pangolines, osos o tigres.



Este hecho no sólo afecta a los propios ejemplares, maltratados y hacinados hasta su muerte, sino que es un grave riesgo para la salud pública, como parece claro tras la pandemia del COVID-19.



WAP solicita al gobierno de Pekín que "elimine las preparaciones de bilis de oso de su lista recomendada, respaldando sólo los medicamentos a base de plantas para tratar los síntomas de COVID-19". La caza furtiva provocó el florecimiento de la industria de extracción de bilis de oso, en las últimas décadas, pero con esta nueva enfermedad, los números se disparan.

 

 

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Autores

Beatriz Tabarés - Periodista

Este autor tiene 28 artículos publicados.

Irina Sanz - Jurista especializada en Derecho Animal | @trasloquehaydetras

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